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Pediatra, doctorado en Medio Ambiente y Cáncer Pediátrico y director de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica (PEHSU), una unidad clínica situada en el Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia desde 2005. Es una unidad de referencia regional, nacional e internacionalmente reconocido para el cuidado y manejo de las enfermedades y los riesgos medioambientalmente asociados de la infancia.
Su experiencia en el campo de la Salud Medioambiental Escolar fue distinguida como una buena práctica del Plan de Acción Europeo Salud de los niños y Medioambiente (Organización Mundial de la Salud en Europa, 2007).
Ideólogo del programa Aire Limpio de la Región de Murcia que pretende desarrollar un modelo educativo más resiliente frente a Sars-CoV2, mediante acciones innovadoras, sostenibles y enfocadas hacia lo natural o basadas en la Naturaleza. Pretende enraizar la educación y salud para que todos los niños y niñas de España nazcan y crezcan vinculados a un árbol.
Como especie nos hemos ido desconectando poco a poco del mundo que nos sustenta. Estar alejados de la Naturaleza nos aleja además de nosotros mismos. Sin embargo, la Naturaleza no está fuera de nosotros, somos participantes de pleno derecho de la Naturaleza compartiendo obligaciones mutuas e interrelacionándonos con otras formas de vida. Hasta ahora la relación con la naturaleza ha sido más destructiva que respetuosa, recombinante e integradora. Existen innumerables ejemplos en el Planeta. El mundo está herido por la actividad humana. Y aunque no seamos muy conscientes sentimos una honda aflicción o pena por ello. Esto lo notamos especialmente cuando estamos inmersos en entornos desbordados y esquilmados de la Naturaleza. Una sensación de ‘despertar’ nos recorre el cuerpo y la mente, y empezamos a anhelar ese mundo que habita dentro de cada uno de nosotros, difícil de definir pero que entendemos como ‘más natural’.
La reciprocidad nos hace darnos cuenta de la gran cantidad de formas que estamos conectados más allá de los humanos. Son muchos los ingredientes activos en la naturaleza que generan salud, muchos de ellos todavía por conocer y comprender. Establecer una relación de ternura con la naturaleza permitirá establecer una hibridación social y natural más recombinante y enriquecedora.
Nuestra vida distraída y llena de ocupaciones y preocupaciones, nos mantiene insensibles, estresados y sumidos en la enfermedad del tiempo (esa sensación constante de que se nos escapa y no tenemos suficiente). Pero cuando empezamos a conectar con la Naturaleza, es inevitable que esa aflicción o dolor afloren. En la Naturaleza, para saber dar, hay que saber recibir. El concebir la Naturaleza como un almacén de recursos para el consumo de la Salud convierte a las acciones sanitarias en actos de explotación. Es necesario emprender cambios a través de un nuevo contrato social con la Naturaleza., que nos enseñe a no dejar rastro, basado en el respeto y reciprocidad.Esta visión requerirá la audacia e ilustración ecológica de una sociedad cada vez más activa y con deseos de participar para superar a poderosos intereses creados.
Una hibridación socionatural requiere apoyarse en la resiliencia para ofrecer a los Sistemas de una sociedad más global todo los servicios ecosistémicos y capital natural que permita crear buenas capacidades de resistencia y adaptación ante los cambios y frente a nuevas crisis o choques abruptos.
La ciencia es necesaria, pero por sí sola no es suficiente. La noción de que los científicos son los que tienen cualidades especiales para resolver cuestiones sociales relacionadas con los desafíos relacionados o derivados del deterioro de los ecosistemas perjudica la integridad científica y la confianza de la sociedad en la ciencia. Las decisiones de importancia para la sociedad relacionadas con los determinantes para la Salud Planetaria no pueden dejarse en manos de una tecnocracia científica. Han de ser los ciudadanos educados e informados quienes democráticamente decidan. Es necesario emprender cambios a través de un nuevo contrato con la Naturaleza, que nos enseñe a no dejar rastro, basado en el respeto y reciprocidad.
Extracto del libro Llamando a la Tierra…Llamando a la Tierra… (JA Ortega-García)